Nicolás Nahuel Bessopeanetto nació en San Isidro, se crió en Victoria partido de San Fernando, actualmente radica en la ciudad de Escobar.
Sus estudios lo pasearon por la musica, la literatura, la fotografía y el teatro.
Poeta desenfrenado, orador, actor, buscador, más que multifacético, indeciso.
Su vida siempre lo inclino al teatro, hoy en día es su vocación la docencia, las capacitaciones, las clases y los telleres que imparte.
Docente de laboratorio teatral, investigador de teatro sagrado y facilitador, como le gusta denominarse a él mismo.
Docente de laboratorio teatral, investigador de teatro sagrado y facilitador, como le gusta denominarse a él mismo.
“El libro del duende” es el primer poemario del autor, recopilación y selección de poemas de su juventud, dividido en cuatro capítulos que son a la vez los cuatro elementos de la naturaleza y de su visión precoz de la vida.
“Puentes místicos” su ultimo poemario más abordado a su vocación sobre el teatro,
son poemas que desenmascaran su visión transformadora del teatro.
EN LO QUE CREO
Si bien hice muchísimos talleres, estudios e indage en escuelas de conocimieto y siendo docente, no ostento títulos ni premios. Los premios son para el ego y la "importancia personal" y los títulos los otorgan quienes se creen dueños de los conocimientos y de la verdad única. El conocimiento, igual que la tierra, no es propiedad privada y no debería comprarse ni venderse. Los únicos que pueden evaluar mi idoneidad son aquellos que vienen como hermanos a compartir las experiencias que ofrezco. Y esa evaluación no es a través del ego o de la razón, sino a través del corazón, a través de los resultados concretos que experimentan durante y después del taller. Como dije en un principio, hice muchos cursos y estudios, pero aprendí muchísimo más con curanderos o chamanes que no conocen los diplomas ni los títulos. También aprendí trabajando, compartiendo, viajando, experimentando e investigando por mi cuenta...y lo sigo haciendo y lo voy a hacer toda la vida. Cada vez que doy un taller, cada vez que atiendo un "paciente" de "Reiki" (nombre que utilizo sin pedir permiso a los dueños del Reiki) o "masajes" y lo observo y me observo, comprendo que aprendí algo nuevo, que ayudé a sanar, a despertar a su medico interno, y que a su vez sané yo mismo, y no puede haber premio ni satisfacción mas grande. Todos llevamos nuestra medicina adentro. Yo nací medicina.....y vos también.
